jueves, 5 de marzo de 2020

NI COMO PRINCESA NI COMO REINA


Jamás voy a tratarte así.
Ni como princesa ni como reina, porque no eres un objeto de ornamento.
Yo en ti no veo eso.

Ni siquiera voy a hacer el intento.
No eres el objeto de la fantasía absurda.
Si quieres que alguien te trate como idiota, yo no soy aquello.

Yo voy a tratarte como lo que eres…
Una mujer llena de virtudes y defectos.

Esa que se equivoca con una constancia abrumadora
pero que no necesita de nadie para levantarse e intentar de nuevo
y así, superar aquella ríspida derrota.

Esa mujer que ha llorado muchas veces y que se ha guardado el dolor
para regalarle alegrías a quien la necesita,
esa mujer que sabe que llorar no la hace vulnerable
y que por el contrario, le hace recordar que está viva
y que necesita cada día
a todos los problemas enfrentarse.

Esa mujer que tiene estrías en su cuerpo
y que tiene en la cintura algunos rollitos sumamente tiernos,
y que sin embargo, se sabe segura de sí misma
ya que hace mucho tiempo
mandó al maldito demonio todos los complejos.

Que a veces maquilla su mirada
y con carmines traza líneas en sus labios,
pero que muestra con orgullo, sus lunares y sus pecas
y su cabello revuelto y sus manos sin humectantes y sin cremas.

Voy a tratarte como esa mujer
que tiene un genio de todos los jodidos infiernos,
pero que cuando se trata de ternuras
es prodiga hasta para despojarse de las propias
y cobijar un corazón que había muerto.

Esa mujer que come tacos, que suda por las tardes
y que no tiene miedo de usar malas palabras cuando lo siente necesario…
Pero que sabe degustar ambrosías exquisitas,
oler a jazmines y cantar un arrullo en las noches de insomnios mercenarios.

Voy a tratarte así…
Como una mujer que concede incluso cuando tiene la razón.
Pero que sabe oportunamente marcar distancias
y sabiamente usar el NO.

Esa mujer que se reserva sus amores
porque sabe que ya nadie sabe valorarlos…
Pero que no teme abrir las puertas del deseo
y convertirse en una hembra en despiadado celo
cuando encuentra el camino en las manos que a sus apetitos despertó.

Por eso…
Ni como princesa ni como reina…
Y sin príncipes o reyes estúpidos de cuento.
Que absurdo y ridículo suena eso.

Yo prefiero verte así…
Y saber que aun con todo eso….
Aun con todo en contra…
Eres una mujer autentica
y que puede enfrentar con esa valentía el mundo entero.

FAUSTO MORALES (R) 2020

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